Diciembre 2011. Volumen 7. Número 4

El contacto visual precoz entre madres e hijos prematuros favorece el establecimiento de un vínculo seguro

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Revisor: Carvajal Encina F.

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Resumen Estructurado

Objetivo: evaluar la hipótesis de la existencia o no de un periodo sensible en el establecimiento de un vínculo adecuado madre-hijo.

Diseño: cohorte histórica.

Emplazamiento: hospitalario (Departamento de Neonatología del Hospital Infantil de la Universidad de Bolonia).

Población en estudio: compuesta por 62 niños prematuros de muy bajo peso (RNPMBP) nacidos entre enero y diciembre de 1999, sin malformaciones ni trastornos congénitos.

Evaluación del factor de riesgo: contacto visual madre-hijo dentro de las primeras tres horas de vida (durante 5-10 minutos).

Medición del resultado: se evaluó la incidencia de la existencia de un vínculo seguro según el test de situación extraña de Ainsworth a los 12 y 18 meses de edad corregida. El procedimiento estandarizado fue grabado en vídeo y posteriormente evaluado para calificar la conducta del niño como característica de vínculo en cuatro categorías: vínculo seguro, inseguro ambivalente, inseguro evitativo e inseguro desorganizado. Para efectos del estudio, las categorías se agruparon en seguro o inseguro (agrupando todos los tipos de vínculo inseguro). Entre las posibles covariables de confusión o modificadoras del efecto maternas se registraron: edad de la madre, estatus social e historia del embarazo. En tres momentos (t-1: fecha probable de parto; t-2: tres meses de edad corregida; t-3: 12 meses de edad corregida), se aplicaron una entrevista semiestructurada, un cuestionario para despistaje de depresión (ADS-L) y un cuestionario de apoyo social (F-Sozu). Como factores neonatales básicos se registraron datos de tiempo de ventilación y duración de la estancia hospitalaria. La gravedad de la enfermedad fue evaluada utilizando el Índice de Riesgo Clínico para Bebés (CRIB), escalas de riesgo fisiológico neonatal (SNAP y SNAP-extensión perinatal) y de calificación de riesgo neurobiológico (NBRS). En los tiempos t-2 y t-3, los niños fueron evaluados usando la segunda edición de las Escalas de Bayley de Desarrollo Infantil.

Resultados principales: de los 85 niños de 52 madres inicialmente seleccionados, se excluyeron 23 por imposibilidad de ser evaluados a los 18 meses (un fallecido, seis con secuelas neurológicas severas), por no existir consentimiento informado (cinco niños) o o por ser la información incompleta (11 niños). El 53,2% de los niños mostró un vínculo seguro, el 33,9% uno inseguro evitativo, el 3,2% uno inseguro ambivalente y el 9,7% inseguro desorganizado. Los prematuros que fueron vistos por sus madres dentro de las primeras tres horas de vida tuvieron una mayor frecuencia de vínculo seguro que los que no tuvieron contacto precoz (76 frente a 41%, p < 0,009). Los primeros hijos mostraron una frecuencia significativamente mayor de conducta vincular insegura (93 frente a 67%, p < 0,01). El contacto precoz se asoció de forma significativa con el vinculo seguro tras ajustar por las posibles variables de confusión (odds ratio [OR]: 4,5; intervalo de confianza del 95% [IC 95%]: 1,4 a 14,4; p < 0,01). No se apreció que ningún otro factor materno o del niño influyera en la conducta vincular.

Conclusión: los resultados apoyan la hipótesis de que las primeras horas después del nacimiento constituyen un “periodo sensible” para el desarrollo de la conducta vincular en los RNPMBP. Si una madre se encuentra en condiciones de ver a su hijo precozmente después del nacimiento, este periodo puede utilizarse para ayudar a la formación de una base importante para un vínculo seguro en ese niño.

Conflictos de intereses: no existe.

Fuente de financiación: no se menciona.

Comentario Crítico

Justificación: existe suficiente evidencia respecto de los múltiples efectos positivos en el contacto precoz entre madre e hijo1-4, que apoya la existencia de un periodo sensible que facilita el establecimiento de un adecuado vínculo entre ellos. Esta situación no ha sido estudiada entre los niños que nacen prematuramente, por lo que el estudio resulta novedoso y relevante.

Validez o rigor científico: se trata de un estudio de cohorte histórica, que analiza los registros utilizados en otro estudio previo. No se realizó estimación de tamaño muestral, por lo que las conclusiones no son generalizables a otras poblaciones similares. Sin embargo, tiene un excelente diseño, lo que permite lograr una adecuada validez interna. Los grupos fueron comparables, sin que existieran diferencias significativas en las características generales de los recién nacidos (edad gestacional, peso de nacimiento, gravedad de la enfermedad, tiempos de control al seguimiento) ni de las madres (presencia de síntomas depresivos, apoyo social). El seguimiento y la medición del efecto estudiado se realizaron de manera adecuada. El análisis estadístico se efectuó con técnicas adecuadas (descriptivas y análisis multivariado). Los resultados muestran una asociación estadísticamente significativa entre la existencia de un contacto precoz entre el neonato y su madre en la incidencia de vínculo seguro después de controlar por potenciales variables de confusión.

Importancia clínica: la existencia de contacto precoz entre madre e hijo se asoció con la incidencia de vínculo seguro (OR: 4,5; IC 95%: 1,4 a 14,4; p < 0,01).  La pérdida del 27% de los niños durante el seguimiento podría hacer disminuir la magnitud del efecto (obsérvese el intervalo de confianza amplio y el extremo inferior cercano a la unidad). Una revisión sistemática5 sobre el método canguro encontró también una asociación entre este método y una mejor relación vincular entre madre e hijo, hecho que podría potenciarse con un contacto precoz. Una de las consecuencias indirectas asociadas a la prematuridad es la mayor incidencia de alteraciones en el vínculo madre-hijo, por lo que la demostración de la existencia de un periodo sensible en los primeros momentos postparto resulta relevante para implementar estrategias que permitan dicho contacto.

Aplicabilidad en la práctica clínica: si bien la confirmación de estos hallazgos requeriría confirmación mediante la realización de ensayos clínicos aleatorizados, sus resultados apoyan la necesidad de aumentar los esfuerzos por favorecer el contacto precoz entre las madres y los neonatos prematuros.

Conflicto de intereses de los autores del comentario: no existe.

Cómo citar este artículo

Carvajal Encina F. El contacto visual precoz entre madres e hijos prematuros favorece el establecimiento de un vínculo seguro. Evid Pediatr. 2011;7:82.

Bibliografía

  1. Moore E, Anderson G, Bergman N. Early skin-to-skin contact for mothers and their healthy newborn infants. Cochrane Database of Systematic Reviews. In: The Cochrane Library, Issue 3, 2009 Art. No. CD003519. DOI: 10.1002/14651858.CD003519.pub2
  2. Carfoot S, Williamson PR, Dickson R. A randomized controled trial in the north of England examining the effects of skin-to-skin care on breast feeding. Midwifery. 2005; 21:71-9.
  3. Bystrova K, Ivanova V, Edhborg M, Matthiesen AS, Ransjö-Arvidson AB, Mukhamedrakhimov R et al. Early contact versus separation: effects on mother-infant interaction one year later. Birth. 2009;36:97-109.
  4. Di Girolamo AM, Grummer-Strawn LM, Fein SB. Effect of Maternity-Care Practices on Breastfeeding. Pediatrics. 2008;122;S43-9.
  5. Conde-Agudelo A, Belizán JM, Diaz-Rossello J. Kangaroo mother care to reduce morbidity and mortality in low birthweight infants. Cochrane Database Syst Rev. 2011; Mar 16;(3):CD002771.